Revive Tarímbaro pasión y muerte de Cristo

Más de 200 actores participaron en la representación de Semana Santa con la asistencia cercana a las diez mil personas

Y llegó el día… Nuevamente en el municipio de Tarímbaro se vivió el fervor en el que se recuerda la pasión y muerte de Cristo, escenificación en la que participaron más de 220 actores encabezados por Mario Silva Hernández, quien personificó a Jesús al cargar por casi tres kilómetros la pesada cruz de entre 80 y 90 kilos.

Comparado con los años anteriores, las multitudes provenientes de las diferentes comunidades se abarrotaron para dar constancia de ésta conmemoración que en el municipio se lleva a cabo desde hace más de 70 años, a la que cada vez se suman niños, jóvenes y personas adultas dando vida a los diferentes personajes.

Poncio Pilatos y Herodes, son quienes llevaron a cabo el papel de los crueles para juzgar a Jesús, lo que lleva a la escena que provocó lágrimas, principalmente de personas de la tercera edad al ser sentenciado a los azotes para más tarde obligarlo a cargar la pesada cruz, con la escenificación también de las tres caídas.

Las partes dolorosas, además de los desplomes, añade los encuentros con su madre María, además de María Magdalena, la revelación del rostro impregnado en el pañuelo con que le fue limpiado el rostro a Jesús, para los que se contó con la narrativa del párroco Jesús Noé Hernández Gutiérrez, de la iglesia de San Miguel y la Virgen de la Escalera.

El día fue caluroso, el sol no perdonó y elevó la temperatura del suelo, al grado que al arranque de la escenificación poco después de las 12:00 horas, fueron superados los 34 grados centígrados a la intemperie, lo que pudo ocasionar verdaderas lesiones por quemaduras a Mario Silva, quien en todo momento mostró una real fortaleza, hasta el arribo al Cerro de la Cruz, para la escena de la crucifixión.

También es de hacer referencia de los espectaculares tapetes de aserrín que cada año dan colorido al paso de Jesús con la Cruz, en la calle 20 de noviembre, los cuales son aportación artística de los propios vecinos quienes se organizan desde varias semanas con antelación y aplican varias horas, desde muy temprano, por la madrugada para lograr el artístico resultado.